Dentro de un entorno competitivo tan dinámico como el local, numerosas empresas ignoran fallos claves que acaban desmotivando al candidato más preparado. Por eso, exploraremos qué está fallando y de qué manera consigues revertir esta situación.
Ausencia de transparencia en el cargo
Uno de los errores más comunes es no especificar suficientemente el rol buscado. Muchos avisos de búsqueda no comunican requisitos clave, lo que hace que postulantes muy preparados no se sientan atraídos.
Cuando el candidato no comprende de manera precisa cuál será su función, pocas veces se sentirá motivado. Un perfil estructurado transmite la cultura de la marca, y seduce a quienes comparten esa similar visión.
2. Procesos lentos y poco transparentes
El tiempo cuenta. De acuerdo con informes actuales, cerca del 70% de los postulantes pierden interés en reclutamientos tediosos o sin retroalimentación.
Si tu equipo tarda más de 2 semanas en responder a los candidatos, es muy probable que los mejores ya hayan aceptado otra oferta. Un proceso eficiente, tecnológico y con comunicación oportuna mejora la percepción del participante.
3. No valor agregado atractiva
Los ejecutivos chilenos priorizan mucho más que el beneficio monetario. Factores como la flexibilidad, el aprendizaje profesional, o la filosofía empresarial influyen más.
Si tu organización no comunica de manera convincente sus beneficios, muy posible que pierda a talentos interesantes. Mostrar planes de mentoring, políticas de diversidad, y incentivos tangibles distingue asi como pierdes mejor talento chileno una diferencia competitiva.
4. Evaluaciones nada objetivas
Numerosas organizaciones todavía confían en intuiciones no técnicas al evaluar profesionales. Esto provoca malas decisiones recurrentes.
Integrar evaluaciones psicolaborales, simulaciones, o tecnologías automatizadas permite valorar mejor a los participantes, minimizando sesgos y elevando la precisión del reclutamiento.
Escasez de seguimiento
La última etapa del proceso igualmente influye. Agradecer el esfuerzo del postulante rechazado fortalece la marca corporativa. Omitir la comunicación posterior afecta la percepción con la empresa.